CUENTO URBANO
ALEXIS JOSEPHAT RAMIREZ OLAYA
Hace unos años atrás conocí un taxista llamado Fidel, era un joven trabajador con con carácter de que todo lo podía, trabajaba para una línea de taxis en Guadalajara.
Un defecto grande que tenía él era que cuando se enojaba perdía uso de la razón y siempre terminaba haciendo que sus problemas crezcan.
Un día su patrón le dio la jornada de la madrugada (era la jornada más aburrida y mala del día) por causa de que se había enterado que él robaba de la cuenta del taxi, también unos días antes le había dicho que le regresara el gato y una llanta del taxi que él se había llevado, de cierto modo el patrón se enojó con él y lo castigó.
Fidel tomó esto como una burla ya que él afirmaba que no había tomado nada de dinero, ni llantas, ni nada en general, el se sentía como si el patrón solo se burlaba de él.
Un día se junta con su amigo Luis que era el pandillero de la zona, le comenta como el patrón se estaba portando con él. Así que Luis le dice y propone “Oye por qué no te robas su taxi, me lo das a mi, yo lo vendo en chinga y el dinero lo partimos en doble”.
Fidel más que nada dijo que si por la razón de querer devolvérsela a su patrón, el decía que si antes le decía ratero, pues robaría su coche para que efectivamente fuera un ratero.
Así que le día de su cumple del patrón decidió entrar al corralón a robarle su taxi pensando que le patrón saldría a festejar su cumpleaños, su amigo Luis lo ayuda a brincarse al corralón, el se da cuenta que no había nadie ni nada entonces le dice “SOBRES”. Fidel se brinca y cae dentro, empieza a caminar hacia el coche, cuando escucha una cadena, el se espanta y empieza a correr más rápido hacia el coche, cuando llega saca sus herramientas y intenta botar el seguro cuando de repente escucha un sonido de “Rrrrrr” atrás de él, él voltea y ve un perro negro algo grande, él intenta correr pero el perro es más rápido, brinca y lo muerde de su trasero, se cae y grita.
El patrón sale de la oficina y por los ruidos se alerta que alguien intentaba entrar a su corralón, Luis lo ve y pega a correr mientras a Fidel lo mordía el pero, el patrón llamó rápido a la policía, la policía llegó rápido, de volada le quitaron el perro y lo esposaron, se llevaron a Luis al penal.
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